La Persecución
Cuando
el dragón se vio arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer
que había dado a luz al Hijo varón. Pero a la Mujer se le
dieron las dos alas del gran águila, para que volara al
desierto, al lugar donde sería sustentada durante un tiempo
y tiempos y medio tiempo,
lejos de la vista del dragón. El
dragón, persiguiendo a la Mujer, arrojó por sus fauces agua
como un río, para que la corriente la arrastrara. Pero la
tierra vino en auxilio de la Mujer: abrió la boca y se tragó
el río que el dragón había arrojado por sus fauces. Entonces
el dragón se enfureció contra la Mujer, y se fue a hacer la
guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales
obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al
testimonio de Jesús (Ap.12,13-17).