El Perfil del Mal
El
aspecto de las langostas era como de caballos equipados para
la guerra. Llevaban en la cabeza algo que parecía una corona
de oro y su cara se asemejaba a un rostro humano. Su crin
parecía cabello de mujer, y sus dientes eran como de león.
Llevaban coraza como de hierro, y el ruido de sus alas se
escuchaba como el estruendo de carros de muchos caballos que
se lanzan a la batalla.
Tenían cola y aguijón como de escorpión; y en la cola tenían poder para torturar a la gente durante cinco meses. El rey que los dirigía era el ángel del abismo que en hebreo se llama Abadón y en griego Apolíón.
El primer ¡ay! Ya pasó, pero vienen todavía otros dos (Ap.9,7-12).